¿Quién soy?
Mi nombre es Cristina Rodríguez. Soy comunicadora y mercadóloga de profesión. Amo desarrollar proyectos y vivir aventuras improvisadas. Sigo descubriendo todos los días algo nuevo de mi misma. No tengo respuestas, pero sí muchas preguntas. También muchos miedos y muchos errores. Soy sencillamente humana, como las otras ocho mil millones de personas que comparten conmigo este planeta. En fin, soy un conjunto de ideas sin sentido en busca de un hilo conductor.
Este proyecto
La poetisa Mary Oliver dijo una vez: “Las personas más arrepentidas de la tierra son aquellas que sintieron la llamada al trabajo creativo, que sintieron su propio poder creativo inquieto y rebelde, y no le dieron ni poder ni tiempo”.
Hubo un momento en que “Si lo hubiera pensado” era eso, un blog para rescatar las ideas, obras literarias, sucesos o situaciones, reinterpretarlos, y de alguna forma asimilar todos los retos e incertidumbres que durante la pandemia me habían causado estragos. Pero bien empezó como mi blog personal, la visión de “Si lo hubiera pensado”, me identifico eternamente con Oliver y creo que es hora de tratarlo como un proyecto más trascendental. Es la materialización de mi fe como profesional y persona creativa, mi respuesta continua al ¿qué pasa si me atrevo?.
Creo firmemente que el mejor trabajo y los mejores resultados parten de querer empujarnos a nosotros mismos y explorar lo que llevamos dentro desde la seguridad y la autonomía. Lo peor que puede pasar es aprender algo nuevo. Sigo pensando que con el día a día recibimos tantas informaciones y pensamos las cosas con tanta rapidez, que dejamos de lado en muchos casos nuestra principal motivación y razón de ser, ese llamado que muchos conocen como inspiración, y que suele ser el vehículo principal con el cual enfrentamos la vida.
Por eso la transformación de “Si lo hubiera pensado” en un estudio de pensamiento creativo. Un espacio que sigue teniendo la esencia inicial de reflexionar y de elaborar esos pensamientos que usualmente no nos damos el tiempo. Pero entra en una etapa de explorar cómo mi filosofía y mis valores pueden aportar a mi industria y mi mercado a través de la creatividad y contenido cultural relevante y sostenible. Cómo guiar y entusiasmar a otros a trabajar con la pasión y el anhelo con el que sueño hacerlo. Hoy es el vehículo para construir esos proyectos cada vez que recibo la llamada al trabajo creativo y compartirlo.
No, no abandonamos los escritos presentados en este espacio con los cuales sé que muchos se han encariñado y afortunadamente con los que han conectado. La vulnerabilidad con los años me ha hecho mejor persona y mejor profesional. En esta etapa les damos sentido, y espero que desde mi corazón y voluntad de servicio permitan contribuir al crecimiento de mi industria en una dirección más sana y sostenible.
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